martes, 5 de mayo de 2009

Asco por Laurel

Alguna vez he contado aquí que el día que aterricé en esta ciudad, hace ya una década, me recomendaron ir a Laurel. Muy dado a las aventuras, me dirigí, plano en mano, a la tradicional zona hostelera a probar unos 'pinches', como les llamé por error, hasta que un mes más tarde fui corregido. Pero me asusté. No podía imaginar que una simple callecita de un Casco Antiguo atrajera a tanta gente. Entonces me quité el reloj y, junto a la cartera, lo guardé en el bolsillo delantero del pantalón. Comencé a caminar entre la marabunta y el miedo dejó paso al asco. No comprendía que los mortales fueran capaces de meterse en la boca caracoles (mi madre los mataba con sal), orejas, 'pinches' morunos, cojonudos, embuchados y morros.

Aunque esa noche acabara en un burger, semanas más tarde, y ya acompañado de gente local, el flechazo con Laurel fue total, soberbio, único. Descubrí sus encantos entre vinos y amigos, pinchos (ya había aprendido a nombrarlos correctamente) y risas. Tanto fue el enamoramiento que durante mis primeros tres meses en la ciudad engordé unos kilos -una cifra de dos dígitos- que nunca más desaparecieron y que me recuerdan esos felices días.

Pero diez años después, Laurel vuelve a da
rme asco y me dan ganas de volver al burger. No es por los caracoles, orejas, pinchos morunos, cojonudos, embuchados y morros, que ya me los meto muy a gusto en mi boca. Pasa que ya no puedo compartir vinos y amigos (ellos decidieron no ir más por allá), pinchos y risas. Allí sólo pululan personajes irrespetuosos, que disfrazados dicen estar despidiendo a alguien. Y todo esto sin que nadie haga nada.

La foto, que es de Alfredo Iglesias, es del sábado pasado. Un grupo de zaragoza baila con uno de los ancianos del lugar.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Talibán, que estás hecho un talibán. ¿Y cómo lo solucionamos? sea ceptan ideas.
1.- Patrullas ciudadanas formadas por gordos defensores de la dignidad del pincho.
2.- Ordenanza municipal prohibiendo hacer el idiota a los de fuera (eso queda reservado a los de casa)
3.- Bando del Alcalde Santos restringiendo el uso del disfraz a los actos propios de la actividad, como por ejemplo, los plenos municipales.

Se admiten propuestas.

Unknown dijo...

Ayer, cuando volvía a casa, sobre las 9, vi una nube de humo inmensa, acompañada de un olor a fritanga-plancha (pinches). La curiosidad me hizo dar un paseo tras aparcar el coche y al parecer se quemó el Bar "El Muro" de la calle Laurel...

Anónimo dijo...

Propuestas:
1.- No ir por la Laurel los sábados por la noche.
2.- No entrar más al Muro (si es que se ha quemado)
3.- Abrir una sucursal (auténtica) del Soriano en la San Juan.
4.- Trasladar el Jubera (con las hermanas incluidas)
5.- No permitir las despedidas de soltero, solo las de soltera y siempre que la chica vaya desnuda.

.....

Anónimo dijo...

Me pareces un integrista, y además me resulta bastante curioso que seas tú quien quiera evitar a esa gente que se divierte igual que tú lo has hecho tantas veces, bebiendo más de lo tolerable y haciendo constantes exaltaciones de una amistad bastante fingida a base de besuquear a todo el que se te pone delante.

Bartmillo dijo...

Una lástima, porque los embuchados están bárbaros, y yo si pudiera haría una copia de la Laurel aquí en Villa Mercedes.

Anónimo dijo...

Llevas mucha razon a ver como le explico a mi enano de 7 años que lo que lleva la que se va a casar en la cabeza, no es nada raro sino una espada laser de la guerra de las galaxias que le han regalado sus amigas, claro no voy a decirle que para ir de marcha en tu despedida es necesario transformarse en un sexshop ambulante y andante ,con todo tipo y tamaño de miembros y miembras.....normal que luego me diga que los mayores estamos locos

Martín Schmitt dijo...

Anónimo 1 y 2, como sé quien eres me ahorro proponerte una solución. No obstante, podríamos participar en la patrulla de gordos...

Merlín Fuel (me gusta tu nueva identidad), ¿no habrás sido tú y tus combustibles los responsables del incendio en el Muro?

Anónimo 3, me encantaría debatir contigo, pero no sé quien eres. Eso sí, puedo intuirlo y no tengo ninguna gana.

Bartmillo, con empeño podríamos montar una Laurel en la calle Angosta

Anónimo 4, no está mal la explicación de la espada láser. Por mi las despedidas pueden convivir perfectamente con el resto de los mortales. El tema es que hay un pequeño porcentaje que ya molesta a otros. Y es de lo que me quejo yo.

Carlos Rodríguez Ripalda dijo...

Ayer salí con un brazalete negro y una corona de flores para colocarla a la entrada de mi querida Laurel. El año pasado conté hasta 20 despedidas un sábado. Ahora vuelvo de Madrid y me encuentro con ésto. En Madrid conocen la Laurel por mi, pero si tienen que venir a ver ésto... mejor me hubiera quedado calladito.

Anónimo dijo...

Del anónimo auténtico al anónimo impostor.

Tu conmentario me parece asaz grosero.

Martín lo único fingido que ha hecho en su vida ha sido ofrecer un mordisco de un bocatita del Pata Negra de jamón con queso de tetilla ¡¡¡será falso¡¡¡.

El resto, incluido los besos, forma parte de una personalidad abierta y sincera encerrada en una persona entrañable, incapaz de tener dobles sentidos o actitudes interpretables.

A mi en ocasiones hasta me da los besos con lengua, no se lo tengo en cuenta y, desde luego, nunca pienso que esté inventándose el cariño que me tiene.

Pero claro, hay personas que tienen una cierta incapacidad para trasmitir sus sentimientos o para tomar por auténticas las muestras de cariño.

En fin, una pena tu comentario, no por desafortunado, que lo es, sino porque sobra por falz. Espero que no seas contumaz en el error.

¿Has visto que bien uso la Z?

María Marta dijo...

Qué pena... me encantaba ir a Laurel!!!

clara dijo...

lo siento martin soy yo la que comentaba algo de la espada laser es que con las prisas no puse mi nombre. besos

Inés Royo Oyaga dijo...

ayyy!!!! no me digas esto de la Laurel qeu es de las cosas que má echo de menos y en menos de un año medio DC solo quiere ir a Logroño por esto!!!! mierda!!

elhombresolo dijo...

Asi me gusta, Sr. Schmitt, jueguese con las dificiles. Eso es tener coraje. No le de importancia a lo que digan dos o tres zuridtas (me la juego que los anonimos son femeninos); a quienes claro, lo que le pasa a nuestro querido Laurel no les importa poco viven en Salamanca. Enhorabuena, salimos del tema paternidad (ay, felicitaciones... pero ya aburria) y entramos en temas de periodismo de verite. Salud.