martes, 15 de noviembre de 2011

Gases en canastas


No aguanto las campañas políticas. No las sigo porque, en pocas palabras, no comprendo su finalidad. A mi juicio, y con todos los respetos del mundo a quienes participan activamente en ellas, son soberanamente aburridas, se tornan reiterativas y se me antojan poco –por no decir nada– creíbles. Y más cuando parece ser que no hay nada que discutir, que es cosa de uno, como recordó acertadamente el cocinero de la ‘Ensalada a la riojana’. Bostezo mirando cómo, a partir de ahora, empiezan a desfilar por esta región futuros ministros, gurús populares, popes socialistas, e incluso los propios candidatos (incluyendo al presidente virtual), arengando unas tropas que ya conocen el resultado de la batalla, recordando lo mal que lo hicieron los que se marchan o diferenciándose con matices de sus correligionarios que en quince días abandonarán, por fin, el poder. 

Hartazgo es lo que me produce ver cómo, después de unos meses, la gratuidad de autopistas, los soterramientos –guardo una foto de 1998 de una excavadora en los terrenos de la estación–, el pleno empleo o la llegada del AVE, entre muchas habladurías, desaparecen de nuestras vidas con la misma facilidad con que un pedete (o un gas, por ser más fino) se escapa de una canasta.


Columna publicada el 6 de octubre de 2011 en Diario La Rioja

lunes, 7 de noviembre de 2011

Las reglas del rugby

Hace tiempo que no actualizo este blog porque entre el trabajo diario y el otro blog casi no tengo tiempo. Pero todavía no tengo intención (que no es lo mismo que ganas) de cerrar esta pequeña puerta de mi vida. Prefiero dejarla entreabierta y de vez en cuando volcar algo. Y hoy me voy a referir al rugby, ese hermoso deporte que practiqué de joven (hasta que un hombro dijo basta) y que tantas cosas me ha dado.






Lamentablemente, en España el rugby lo siguen las minorías y las diferencias con Argentina son abismales. Empezando por la pronunciación. Allá, del otro lado del charco, utilizamos la terminología anglosajona. Aquí, se estila más la francesa. El deporte se pronuncia 'ragby', mientras que en España es 'rrrrrugbi', así, con la 'r' bien acentuada. Nuestro 'try' acá es 'ensayo'; el pilar es 'pilier'; el 'hoocker' es 'talonador'; los alas son los 'flanckers'; el 'scrum' es 'la melé'; el medioscrum es el 'mediomelé'; los 'wings' argentinos son los 'alas' españoles, y el 'fullback' porteño es el 'zaguero' gaita. No se patea al 'touch' sino al 'tuch' y no es 'lineout' sino el 'tuch' también.


En cuanto a la calidad de juego, las diferencias son enormes también (Argentina, tercero en el Mundial del 2007, y dentro de los mejores ocho en el 2011, mientras que España ni siquiera clasificó), y los verdaderos amantes de este juego son capaces de hacer 600 kilómetros en un día para ver un partido interesante de calidad, como por ejemplo de Biarritz (Francia). 


Pero bueno, las reglas son las mismas. Y para quien no las conozca, aquí una breve explicación gracias a una campaña publicitaria de los desodorantes Axe. A disfrutar... del rugby.