jueves, 27 de enero de 2011

La cueva de la otra Inés

Hace unos años hubiese afirmado, sin ruborizarme, que trabajaba para viajar, que esa era la mejor inversión. Ahora, con Martina en mi vida, las prioridades han cambiado, aunque a base de esfuerzo estoy consiguiendo que la enana se transforme en una hormiguita viajera. De hecho, con sólo 21 meses cumplidos, conoce más mundo que muchos de mis compañeros. Pues de viajes va el tema de hoy porque mi amiga y compañera Inés Martínez ha abierto un nuevo espacio cibernético, en el que narra todos sus viajes por el mundo.

Y no ha podido empezar de mejor manera que contando su luna de miel, en el blog La vida en el Aire, que ha disfrutado junto a su amado Chechu en mi país, Argentina. Pero no sólo eso. Es que el viaje en cuestión se lo organizó con la agencia de uno de mis mejores amigos, Juan Pablo, copropietario de Fuera de Ruta, una agencia que ya ha llevado a muchos de mis amigos por mi tierra y de la que, considero humildemente, debería ya tener alguna acción. Y leyendo la bitácora de Inés, que no es la misma que ésta, que vive en Buenos Aires desde hace un año, me doy cuenta, que con veintipocos días en Argentina conoce mucho más mi país que yo. En fin, cosas de la vida.

lunes, 17 de enero de 2011

La crisis de los cuarenta sobre cuatro ruedas

He empezado el 2011 con un cambio de década. Mucho se habla que con los 40 llega una crisis de identidad, la hora del balance en el ecuador de la vida, una depresión de caballo. Pero yo no he sufrido nada de eso. Todo lo contrario. Martina hace que cada día mi vida sea mucho más interesante que todo lo que he vivido hasta el momento. Y aunque el cuerpo de vez en cuando me pase un poco de factura (cada vez me gusta más comer y, además, ya probé eso de que sólo hay dos clases de motociclistas), todavía veo el vaso de la vida medio lleno.

Además de empezar el año renovado por las trastadas de mi hija (su querido abuelo Grampa la llama sin margen de error 'Tsunami'), lo he hecho sobre cuatro ruedas nuevas. Por una cuestión de tamaño -el Tsunami es una experta conductora de 'Molto' y está a punto de abordar el triciclo- el 307 con la curiosa matrícula ha quedado en el pasado y ahora lo conduce un gran amigo. Y, pese a entrar ya en esos fatídicos cuarenta, me he pasado a algo más grande y menos deportivo, para que no haya un problema de espacio. Una buena entrada de década, sí señor, aunque la matrícula de ahora no sea tan especial.