martes, 6 de septiembre de 2011

El cohete más sucio


Entiendo que una huelga es un derecho legítimo que tiene un trabajador para reclamar lo que considere justo. Así lo creo vehementemente e incluso alguna vez he ejercido ese derecho constitucional. Pero hay ciertas cosas por las que no paso. Y una de ellas es la extorsión. La anunciada convocatoria de huelga indefinida de los servicios de limpieza y basura de Logroño para las fiestas de San Mateo es un castigo para la ciudad, un atropello para todos los ciudadanos en su semana más especial del año. Rápidamente, al leer la nota la información, mi mente 'voló' unos meses atrás, a diciembre del 2010, cuando los controladores aéreos decidieron plantarle cara a Aena y, junto a ello, pisotear de manera arbitraria las vacaciones del puente de la Constitución a miles de personas, tras marcharse de sus puestos de trabajo, en algunos casos aduciendo enfermedad.

Sólo hay que recordar lo que pasó: estupor y caos generalizado en todo el país, 600.000 pasajeros en tierra -con el instinto asesino en modo 'encendido'- y con un estado de alarma que dejó a los controladores descontrolados, con sus posaderas frente a un juez y atribuyéndose con méritos propios el ser los personajes más odiados de España y de gran parte del extranjero. Es que con las vacaciones no se juega. Y tampoco con las fiestas de una ciudad que al segundo día de fiesta puede declararse en ruina sanitaria.

No sé si las demandas de los trabajadores son justas (no voy a opinar por carecer de información y elementos de valor), pero de seguir con su amenaza corren el riesgo de sustituir a los controladores y pasar a ser los blancos del rencor. Más cuando han tenido desde abril para llevar a cabo su huelga.

Columna publicada en Diario La Rioja el 6 de septiembre de 2011

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