domingo, 20 de septiembre de 2009

¡Viva San Mateo!

Explotó la fiesta y empieza la vorágine que acabará el domingo 27 de septiembre. Por eso, y para mantener un poco vivo este espacio, dejaré las entrevistas diarias que me ha tocado hacer para el sumplemento de San Mateo. Comienzo por la que salió publicada ayer, al alcalde de la ciudad, Tomás Santos.

"No soy Julio Iglesias, pero sí he tenido 'amigas' guapas de joven"

El alcalde aboga por que las fiestas, «imaginativas y con menos presupuesto», sean vividas en la calle
Tomás Santos afronta sus terceros sanmateos al frente del Ayuntamiento con ganas de que la calle sea ganada por los vecinos y la crisis quede en un segundo plano. En la entrevista también recuerda cómo eran las fiestas que vivía en su juventud y cómo se recuperan algunas de esas viejas tradiciones.
Otras fiestas con menos presupuesto y más imaginación.

– Hay que echarle imaginación y hacer esfuerzo. Si algo tienen los logroñeses es alegría en el cuerpo, porque somos una ciudad que cuando tiene que trabajar, trabaja; cuando debe apretarse el cinturón, lo hace; y cuando se divierte, sabe divertirse. Mejor sería un momento boyante, con alegría en los bolsillos, pero tampoco nos van a quitar que la fiesta sea un espectáculo de alegría, de participación en la calle.

Se vuelve a antiguas tradiciones: el festival de la chuleta, las calderetas o Gorgorito en La Glorieta. ¿Cómo vivía esa época?
– El festival de la chuleta era una de las actividades más importantes de San Mateo. Es una felicidad recuperar el festival. Además lo haremos en Bretón de los Herreros, que es una calle emblemática y con mucho ambiente.

¿Llegó a participar?
– No, sólo como espectador.

¿Es mejor asador o comedor?
– Mejor comedor, pero hay cosas que todavía hago: un huevo frito, almendras garrapiñadas, unas buenas chuletillas al sarmiento...

También se recupera a Gorgorito en La Glorieta, uno de sus ídolos.
– Cuando vi que íbamos a llevar a Gorgorito a la Glorieta me encantó porque fue su ubicación natural durante muchísimos años. Se recupera también el espacio.

¿Cómo vivía las fiestas como niño?
– Eran en las barracas y los fuegos artificiales, que entonces se hacían en El Espolón. En casa había mucho trabajo en el bar y recuerdo con mucho cariño que era mi abuela la que me llevaba a las barracas y a los fuegos.

¿Y de adolescente?
– En los chamizos, con la cuadrilla, los amigos, los ligues…

Perdón por la impertinencia, pero, ¿era usted un ligón?
– Va a sonar a fantasma, pero siempre he tenido amigas guapas (risas). No soy Julio Iglesias, pero sí que he tenido ‘amigas’ guapas de joven. Tampoco era un rompedor de corazones.

Pero se quedó con la mejor, me dirá ahora.
– Estoy encantado con la mujer que tengo: es guapa, es estupenda y estoy encantado con ella.

En aquella época de ligoteo, ¿bailaba usted?
– Sí, en los chamizos habían dos espacios: el mostrador de entrada, donde se regalaba zurracapote y venían las visitas, y el reservado, con luces tenues, el tocadiscos y música de ruido o ‘de acercarte’.

Ahora le toca revivir esa parte de recuerdos, bailando en los chamizos de las peñas. ¿Qué compañera de Corporación destacaría en ese arte?
– Son tan sensibles, que si se me ocurre citar a una y olvidarme de otras puedo tener ‘algún problema’.

¿Con Cuca Gamarra también?
– No tengo ningún inconveniente de bailar con ella. De hecho, todos los años salimos a bailar. No confundo que las fiesta son las fiestas; creo que el ciudadano también agradece que se pueda distender las situaciones.


El Consistorio, sin entradas para la pelota
Se recuperan actividades, pero, ¿qué pasa con los encierros?
– Hay alternativas posibles, pero parte de ellas llevan una carga presupuestaria importante. En este momento no es procedente y tenemos aparcado el tema. Tiempo habrá de retomarlo, pero debe ser con la garantía de presencia de gente, de un trayecto adecuado, en el que no sólo los corredores habituales disfruten.

¿Cómo eran los conciertos en su época?
– Eran las verbenas y uno iba allí para ver lo que ligaba… y no siempre se tenía suerte. Tengo un recuerdo muy agradable de mi juventud en Logroño.

¿Irá usted a la pelota?
– Suelo ir una o dos veces, siempre lo he hecho. Este año no sé si me tocará ir o no. En todo caso, me sacaría mi entrada e iría al frontón.

¿Y las entradas de cortesía?
– El Ayuntamiento no se ha quedado con ninguna entrada. Lo que ha hecho es conseguir que los precios se congelen, además de conseguir el compromiso de poner 3.000 entradas a 20 euros, y otras 1.000 a 15 euros. Con lo cual, va a tener cabida a un precio razonable gente que habitualmente no podía ir. Y de la pelota, de verdad, no quiero ninguna polémica más. Apostamos desde el primer momento para que se llegue a un punto de encuentro las empresas y el Gobierno. Al no alcanzar un acuerdo, el Ayuntamiento dijo: «aquí está el polideportivo de Las Gaunas». Y esperemos que todo transcurra en condiciones, con buenos partidos de pelota y la gente cómoda en el recinto.

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