Se busca una alarma

Llevo un par de semanas sin poder pegar ojo. No son los nervios de ser padre ni tampoco miedos para afrontar la crisis económica. Se trata de un despiadado vecino al que sistemáticamente todas las madrugadas le salta la alarma en su coche. Y es un ruido penetrante, cansino, insoportable, como el que hacía antaño la X28, alarma de calidad. Es insoportable y lo peor es que no sé exactamente de dónde viene el ruido, ya que en mi barrio hay cinco estacionamientos subterráneos.

Pero no es la primera vez que me pasa algo así. En Buenos Aires, en la calle Zapiola, teníamos una vecina que una vez se fue un mes de vacaciones y se olvidó de apagar el despertador. Así que todos los días, también durante los fines de semana, el despertador comenzaba a las 6.30 (tanto a la mañana como a la tarde) con su ti-ti-ti-ti, para terminar una hora más tarde. Y fulminar así mis nervios.